Una colaboración de Joselito Jackson Si vives en una ciudad pequeña, me vas a entender desde este primer párrafo. Me llamo Jose y soy car...
Una colaboración de Joselito Jackson
Si vives en una ciudad pequeña, me vas a entender desde este primer párrafo. Me llamo Jose y soy carnicero en un pueblecito de 2.600 habitantes en la provincia de Ávila (España). Como imaginarás, aquí no es fácil relacionarse con chicos. Abrir el Grindr es tan divertido como ver crecer las remolachas de mi vecino. Por un lado, el marica disponible más cercano puede estar a una hora de coche… y eso cuando comparte la distancia. Por otro, nuestro grado de armarización / discreción / llámalo-como-quieras se refleja desde la primera pantalla, que parece más bien el Museo de la Guillotina, por la cantidad de decapitados… y eso cuando publican alguna foto. De ambiente gay, mejor ni hablamos.
Por eso aprovecho fines de semana, puentes y vacaciones para escaparme a Madrid, Ibiza, o donde quiera que me acompañe algún amigo del gremio (de los maricas, no de los carniceros, se entiende). Me gusta sentir ese ambientillo especial de nuestros sitios de encuentro: los abrazos de los amigos, las sonrisas de los conocidos, las miradas de los ligues… Pero me faltaba algo más, y hace dos meses mi amigo Rafita me enredó para conocer un lugar nuevo para mí: la isla de Gran Canaria.
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